En el dinámico mundo del mercado inmobiliario, existen diversas figuras jurídicas que permiten a las personas estructurar sus inversiones y planificar su futuro patrimonial de manera inteligente. Una de estas figuras, a menudo menos comprendida pero con un gran potencial estratégico, es la nuda propiedad.
La nuda propiedad se define como el derecho que tiene una persona (el nudo propietario) sobre un bien, generalmente inmueble, del que no puede disfrutar ni usar en el presente. Este derecho está desprovisto del usufructo, que es el derecho a disfrutar y obtener los frutos de dicho bien. En esencia, el nudo propietario posee el título del bien, pero la posesión y el uso corresponden a otra persona, el usufructuario.
¿Por qué considerar la nuda propiedad como una oportunidad estratégica?
Consideraciones importantes:
Es fundamental comprender que la inversión en nuda propiedad es una apuesta a futuro. El comprador debe tener la capacidad financiera para realizar la inversión sin la expectativa de un retorno inmediato a través del uso o alquiler del bien. Además, es crucial analizar cuidadosamente el perfil del usufructuario y las condiciones del acuerdo para evaluar el plazo estimado para la consolidación de la plena propiedad.
En conclusión, la nuda propiedad representa una alternativa interesante para inversores con visión a largo plazo y para aquellos que buscan una planificación sucesoria eficiente. Si bien requiere una comprensión clara de sus implicaciones, puede ofrecer beneficios significativos en términos de inversión y transmisión patrimonial.