La nuda propiedad implica la venta de una vivienda a un inversor, mientras que el vendedor conserva el usufructo vitalicio. Es decir, el propietario puede seguir residiendo en su hogar hasta su fallecimiento o decidir alquilarlo y obtener ingresos adicionales.
Liquidez inmediata: Obtienen un capital sin tener que mudarse.
Seguridad de por vida: Mantienen el derecho de uso de la vivienda.
Sin preocupaciones de herencia: En muchos casos, los herederos pueden beneficiarse de una gestión patrimonial simplificada.
A diferencia de la hipoteca inversa, la nuda propiedad implica una venta definitiva, sin deudas ni intereses crecientes. Es una alternativa atractiva para quienes desean disponer de su patrimonio de manera inmediata y sin riesgos financieros.
En Frankasa, ofrecemos un asesoramiento personalizado para garantizar que cada cliente obtenga el mejor acuerdo posible, con transparencia y seguridad. Nuestra experiencia en este sector nos permite diferenciar a nuestros clientes en un mercado en crecimiento.